viernes, 24 de octubre de 2014

Prisión preventiva EN SU CASA para juez cómplice en la Masacre de Palomitas

Dictaron el procesamiento con prisión preventiva contra el ex juez federal Ricardo Lona
Cómplice en la Masacre de Palomitas

El juez federal Fernando Poviña procesó a Lona por su complicidad con el homicido de los once presos políticos que fueron fusilados el 6 de julio de 1976 en una ruta del departamento de General Güemes. El ex camarista permanecerá detenido transitoriamente en su casa.

El ex juez federal salteño Ricardo Lona fue procesado ayer con prisión preventiva por su actuación en la Masacre de Palomitas, como se conoce al fusilamiento de once presos políticos el 6 de julio de 1976 en una ruta del departamento de General Güemes. La detención de Lona, ordenada por el juez federal Fernando Poviña, se cumplirá transitoriamente en su casa por una indisposición que sufrió al momento del operativo. El procesamiento como cómplice primario de once homicidios agravados por alevosía y premeditación se suma al dictado dos meses atrás por el mismo juez Poviña por los delitos de encubrimiento y prevaricato en el caso del secuestro y desaparición del ex gobernador de Salta Miguel Ragone.

Durante casi una década, Lona salió indemne de todos los procesos por su actuación durante el terrorismo de Estado. En 2004, cuando todavía era camarista, fue sometido a un juicio político justamente por haber consentido y no investigado la Masacre de Palomitas. Frente a las evidencias y a los reclamos de los familiares de los detenidos, incluso antes del fusilamiento, Lona contó con el apoyo de una sólida red de contención en la corporación judicial. Su abogado fue el ex camarista Andrés D’Alessio. Entre los miembros del jury estuvo el ex supremo Augusto Belluscio. Lona logró que declarara a su favor Enrique Petra-cchi, juez de la Corte Suprema recientemente fallecido, y que un amigo suyo, Enrique Paixao, ex funcionario de Raúl Alfonsín, reemplazara a D’Alessio tras su fallecimiento. El Gobierno le aceptó la renuncia tras la absolución.

El avance del proceso penal no fue menos arduo. Por amistad o afinidad con el magistrado se excusaron 67 funcionarios judiciales, entre jueces, abogados y secretarios designados sucesivamente como subrogantes. “A Lona lo protege, por acción u omisión, gente que él mismo dejó nombrada en el Poder Judicial”, explicó el año pasado el fiscal Horacio Azzolín.

A principios de agosto, Poviña lo procesó por la desaparición del ex gobernador Ragone, el 11 de marzo de 1976, más el homicidio del comerciante Santiago Arredes y las heridas que sufrió Margarita Martínez de Leal, testigos del secuestro. El juez dispuso entonces que Lona continuara en libertad, aunque le prohibió salir del país y le trabó un embargo de 500 mil pesos. Entre otras graves falencias de su investigación, Lona no le tomó declaración testimonial a la sobreviviente y testigo, impulsó “medidas contrarias al esclarecimiento de los hechos”, como la entrega del cadáver de Arredes sin la previa realización de la autopsia, declaró a Ragone “legalmente muerto” y dispuso el sobreseimiento provisional de la causa el 31 de mayo de 1976, doce días después de haberla recibido, “sin ordenar ninguna medida de prueba”, según surge del procesamiento. En su descargo, por escrito, Lona sugirió que por entonces “no era posible saber que la policía actuaba en forma contraria a derecho, ocultaba información a las autoridades o incumplía medidas judiciales”.

Ayer sumó su segundo procesamiento, por la Masacre de Palomitas. “Una comisión del Ejército que procedía al traslado de presos subversivos hacia Córdoba fue interceptada y atacada por otros subversivos”, fue la escueta versión de los hechos que Carlos Alberto Mulhall, jefe de la Guarnición Militar Salta, le entregó entonces a Lona. Los presos habían sido sacados del penal de Villa las Rosas y fueron fusilados al costado de la Ruta 34. Los fiscales Azzolín y Juan Manuel Sivila lo acusan en una tercera causa por deficiencias en los trámites de hábeas corpus y la no investigación de denuncias de víctimas y familiares.

“La detención de Lona es una noticia largamente esperada por las víctimas de la represión en Salta”, destacó Sivila. “Se trata de un proceso con muchísimos obstáculos, que incluyeron infinidad de excusaciones. Con la llegada del doctor Poviña la causa tomó un trámite más cercano a la normalidad de lo que debe ser un proceso”, consideró. El representante del Ministerio Público destacó que Lona “fue una persona funcional al plan sistemático de represión ilegal” y que del análisis de los expedientes “surge claramente que se hacían denuncias concretas, gente que era conducida al juzgado luego de la tortura, que denunciaba esas torturas e incluso exhibía las marcas, y sin embargo sus denuncias no tenían ningún tipo de trámite”, recordó.

miércoles, 11 de junio de 2014

Represores en libertad intentan dilatar el juicio por crímenes de lesa humanidad en Catamarca

El único autor material, Roberto Sergio Mujica, está en libertad interponiendo medidas cautelares, junto a los otros tres imputados.  Buscarían que Menéndez sea sometido en plenario como autor intelectual

A días de elevar el Juzgado Federal a juicio oral y público la causa en la que están imputados los militares retirados Enrique Basso, Jorge Isaac del Pino, Carlos Ricardo Ruiz, Roberto Sergio Mujica y Darío Otero Arán, acusados de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura cívico militar, los acusados interpusieron una medida cautelar para que no se realice el mismo.

De los cinco represores a ser juzgados (cuatro, Enrique Basso, Jorge Isaac del Pino, Roberto Sergio Mujica y Carlos Ricardo Ruiz, jefe de la Policía de la provincia en la dictadura) están libres interponiendo medidas cautelares para no llegar a juicio.

Este proceso, que se viene prorrogando debido a la estrategia implementada por los represores en libertad, a través de su defensor el abogado Luis Segura, corresponde a la segunda parte de la causa que ya juzgó y condenó en 2012 al general (R) Carlos Alberto Lucena, a 16 años de prisión, y a Juan Daniel Rauzzino a 10 años de cárcel.

"La estrategia alteró el ánimo de los querellantes y los organismos de derechos humanos que reclaman la elevación inmediata a juicio, más sabiendo que los autores directos se encuentran en plena libertad. Se sospecha no haya apuro para que se realice el juicio debido a la estrecha relación del abogado Luis Segura con el Juez que lleva adelante dicho proceso", afirmaron desde Derechos Humanos de la provincia.

La imputación por la que responderán será el delito de "privación ilegítima de la libertad en el marco de la desaparición forzada de personas en concurso real por asociación ilícita".

La causa investiga la desaparición y muerte de los catamarqueños Francisco Ponce, su hermana Griselda del Huerto Ponce, el sobrino de ambos Julio Genaro Burgos y la estudiante Yolanda Borda, desaparecidos en la provincia entre abril de 1976 y enero de 1977.
De los cinco acusados, el único que permanece detenido actualmente es Darío Otero Arán, por más de tres de años.

En la primera parte del juicio se debatió sobre las circunstancias en que fueron desaparecidos Griselda Ponce y Genaro Burgos, el 15 de diciembre de 1976; Francisco Ponce, el 6 de abril de 1976, y Yolanda Borda, el 27 de enero de 1977.

Según fuentes judiciales uno de los objetivos que tendría el Ministerio Público sería que en el primer día del debate sea sometido en plenario el ex teniente general Luciano Benjamín Menéndez, por entonces jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, como uno de los autores intelectuales del hecho.